viernes, 17 de agosto de 2012

Hablando con los niños acerca de sexualidad.






No hay una edad para hablarles a los niños acerca de sexualidad, pero es recomendable hacerlo desde sus primeros años de infancia; aunque, de hecho más tarde o más temprano, sus hijos empezarán a hacer preguntas sobre sexo. 
Este tema preocupa mucho a los padres de familia y no existe una receta “mágica” para hablarles a los hijos de sexualidad ya que cada caso es distinto y cada niño hará diferentes preguntas. Lo importante es que los padres mantengan una actitud positiva ante sus hijos, mantenerse firmes, jamás inventar o mentir, no evadir la pregunta y no contestar más de lo que su hijo pregunte. Lo ideal es hablarle del tema poco a poco, es decir, en la medida en que vaya manifestando su curiosidad. Para averiguar qué grado de información tiene y cuál es el que necesita, empiecen por hacerle ustedes las preguntas (¿por qué quieres saber?, ¿Dónde escuchaste eso?, etc.) y en función de sus respuestas, te darás cuenta de lo que sabe y de lo que debes contarle para satisfacer su curiosidad.

Pueden empezar a hablar de sexualidad con su hijo desde el momento en que él comience a conocer su cuerpo y a nombrarlo, pero es muy importante que cada parte de su cuerpo tenga un nombre y no un "apodo". Si se habla de cabeza es cabeza, de mano es mano, de pene es pene, y así siempre con la finalidad de que el niño no se sienta confundido. 

De hecho, los niños comienzan a recibir los primeros mensajes de sus padres sobre sexualidad desde el momento en que nacen. Los niños aprenden a pensar y a sentir acerca de su cuerpo y su comportamiento sexual a partir de aquello que nosotros los adultos hacemos y decimos: por la manera en que los sostenemos, en que les hablamos, en que los vestimos, lo que les enseñamos (a las niñas se les enseña a ser coquetas, a ser más dóciles y cariñosas, por el contrario,  a los niños se les permite ser más rudos, "los niños no lloran ni juegan con muñecas", etc. ), las palabras para hablar sobre sus partes del cuerpo, la manera en que les transmitimos la información sobre su comportamiento y la manera en que nos comportamos delante de ellos. 


¿Cuál es el momento adecuado? 


No es necesario sentarse con el niño y “ponerlo al tanto de todo” en ese momento, si prestamos atención, podemos encontrar momentos cotidianos en nuestras vidas que pueden servir para iniciar conversaciones sobre estos temas, por ejemplo, en nuestro programa de televisión favorito puede presentar a un personaje que esté atravesando la pubertad, nuestra vecina o amiga puede estar embarazada. Esto es lo que podemos llamar “momentos útiles para la enseñanza”. 
Dediquen un tiempo a tratar de reconocer estos momentos útiles para la enseñanza que les proporcionan oportunidades para hablar de sexo y sexualidad con su hijo y piensen sobre sus propias opiniones y valores respecto de estos temas y de qué manera pueden expresarlos con claridad para que su hijo los comprenda. 
Llegado el momento, no permitan que el miedo y la inseguridad se interpongan en el camino. Traten de ser abiertos y accesibles para tratar estos temas, aunque esto puede ser todo un desafío, pero si nuestros hijos nos preguntan sobre algo que no sepamos simplemente podemos responder: “No lo sé, pero ¿por qué no lo averiguamos  juntos?”. 


Los niños tienen diferentes dudas sobre el sexo según la edad que tengan y se debe tener en cuenta, también, que su capacidad para comprender los conceptos es distinta, al igual que su atención y concentración. 
Si su hijo de cinco años le pregunta: “¿Qué significa dar a luz?”, es posible que su respuesta sea: “Cuando un bebé nace”. Si su hijo de 10 años le hace la misma pregunta, su repuesta será más detallada y probablemente comience diciendo: “Después de que un bebé crece durante nueve meses en el útero de la mujer…”.  

Es importante, también, hablar con ellos sobre nuestras creencias y valores y porqué las seguimos. Tómense su tiempo para comprender sus propios valores, sentimientos y creencias, pero nunca pretendan que sus valores son hechos reales, por ejemplo, decir “No se puede confiar en los chicos en una cita” no es un hecho real sino un juicio de valor. Esto es algo que como padres deben considerar y no contradecirse, ya que  muchos adolescentes se ven afectados por los valores de sus padres, por ejemplo, cuando los padres comparten sentimientos positivos sobre los métodos anticonceptivos, los adolescentes están más predispuestos a ser cuidadosos al iniciar su vida sexual. 

Ventajas de una adecuada educación sexual. 


  • Comprender la sexualidad ayuda a los niños a enfrentar sus sentimientos. 
  • Los ayuda a asumir el control de sus vidas y a tener relaciones afectuosas positivas. 
  • También los ayuda a protegerse contra el abuso sexual, y evita que se conviertan en abusadores sexuales. 
  • Otra ventaja de charlar con los hijos sobre sexo es aumentar la intimidad y la afectividad entre padres e hijos,  ya que esto abre caminos para que se pueda discutir en casa sobre cualquier cosa y da al niño la seguridad de que puede confiar en sus padres y ellos en él.

 En el caso de los jóvenes, estos son menos propensos a correr riesgos sexuales si tienen:

  • Una visión positiva sobre la sexualidad. 
  • Información necesaria para cuidar su salud sexual. 
  • Claridad acerca de sus propios valores y comprensión de los valores de sus familias. Autoestima y confianza en sí mismos. 
  • Habilidades en el trato con otras personas, como seguridad en sí mismos y capacidad para tomar decisiones. 
  • Una percepción de que sus acciones tienen consecuencias. 


Recuerde que sus hijos aprenden a través de la observación, de manera que la forma en que ustedes se expresan por medio de sus gestos es tan importante como lo que dice. Por ejemplo, mostrar cariño con un abrazo o un beso les demuestra que usted es una persona abierta y que valora la estrecha relación que comparten. 

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