domingo, 28 de abril de 2013

Y tú ¿Qué tipo de padre eres?

En ocasiones me preguntan que es lo que más me gusta de mi trabajo, y lo que me gusta es el trato con los niños y todo lo que de ellos podemos aprender, además, me gusta pensar que contribuyo con mi granito de arena para hacer de ellos mejores personas. 

Pero lo que, a veces, no me gusta son sus papás; si bien es cierto que algunos padres son comprometidos y se involucran en el proceso educativo de su hijo tratando de hacer lo mejor para sacarlo adelante, sin excesos ni exageraciones y siguiendo las indicaciones que se les dan; también es cierto que existe la otra cara de la moneda, es decir, los padres que llevan a su hijo a la terapia así como llevan su carro al taller ("ahí se lo encargo 'maistro', luego vengo por él"), esos que no se comprometen en nada, ¿para qué? si para eso pagan la colegiatura, clases especiales y demás servicios.

A estos papás y mamás, los he clasificado así:


  • Los padres "jefe Toro Sentado". Son esos que quieren disciplinar a sus hijos a distancia y desde la comodidad de su asiento, así que solo se limitan a decir cosas como "¡Juanito, deja la pelota!" o "¡Bájate de ahí que te vas a caer!", pero nunca se levantan a detener y corregir la mala conducta del niño.


     
  • Los padres "Observadores". Son algo parecido a los anteriores y dicen a sus hijos cosas como "¡Pepe, te dije que no toques eso. Te estoy viendo ¿eh?!" o "Te estoy mirando, ¡no te subas ahí!". Y, por supuesto, el niño ya se acostumbró a que solo lo miran y a que no hay ninguna consecuencia a su mal comportamiento y sigue haciendo todo lo que quiere.
  • ¡Te doy tres! Uno..
  • Los padres "Contadores". Estos son los que intentan  -según ellos- corregir la conducta del niño de forma inmediata: 
  • "Pepito, deja eso... te doy tres para que lo dejes" (y empieza el conteo):
  •  -"¡Uno!..." -hace una larga pausa- -Dos!.. ¡ya te dije ¿eh?!" -otra pausa- "¡Dos y medio! -más pausa- "¡Nada más no dejas esa pelota y vas a ver!".  Y parece que ellos mismos son los que no quieren que la cosa pare, porque en seguida continúan el eterno conteo:     -"¡Dos y tres cuartos!.." - como si el niño supiera de fracciones- ..."¡si no dejas esa pelota ya verás como te va a ir!". El caso es que, nuevamente, el niño en cuestión se acostumbra a que el 'tres' nunca llega, y si acaso su mamá le cuenta hasta tres, para entonces él ya terminó de hacer lo que se le dio la gana. 
  • Los padres "Intelectualoides". Así es, esos que atiborran a sus hijos de experiencias y actividades que, dicen, favorecen su inteligencia y, por supuesto, no los dejan jugar libremente y echar a volar su imaginación o disfrutar de un ratito de ocio, no vaya a ser que se haga "burro" como el hijo de la comadre. Estos padres solo permiten a sus hijos programas de T.V. educativos, los llevan a museos con exposiciones que ni ellos entienden y les compran únicamente juguetes didácticos; pero ignoran que el desarrollo del niño debe ser integral, y el aspecto intelectual es solo una parte de ese desarrollo. Muchas veces esos niños logran buenas notas en la escuela (para orgullo de sus padres), pero no saben socializar ni integrarse adecuadamente con sus pares.

  • Los padres del "Libre albedrío". Estos pueden ser una mezcla de todos los anteriores. Son los que después de hablar y gritar como locos (o sea, solos porque sus hijos los ignoran olímpicamente) y de "intentar" detener el mal comportamiento del niño terminan por decir "¡Ay, ya! ¡haz lo que quieras!"; y efectivamente, el niño hace lo que quiere ¿quién se lo va a impedir?

  • Los padres "Endosantes". A ésta clasificación pertenecen muchas madres, ya que ellas literalmente "endosan" a diario a sus hijos con otros adultos quienes, además, no pueden ejercer ninguna autoridad en los niños, como, por ejemplo, el chofer, la nana, la empleada domestica y/o la abuelita; y es que mientras el padre está ocupado todo el día "haciendo" dinero, la madre tiene mucho trabajo que hacer para gastarlo: el café con las amigas, el shopping, el gym, la estética, etc.  ¡Ah, pero eso sí!, después intentan compensar su ausencia (física y emocional) cumpliendo todos los caprichos de sus hijos y comprándoles costosos objetos y todo lo que pidan. Por supuesto que al no haber quien discipline a los niños, estos terminan haciendo ¿adivinen qué?... así es, lo que les da la gana.


  • Los padres "Alertas al sonido". Estos se meten de lleno en alguna actividad sedentaria, como leer el periódico, ver la tele, o chatear en las redes sociales, mientras su hijo, a quien jamás supervisan, juega en otra habitación; pero en cuanto se escucha algún ruido fuerte que proviene del lugar donde está el niño, solo se limitan a preguntar a gritos "¿Que pasó?", pero no se levantan a ver si el ruido lo ocasionó la caída de un objeto o  su hijo dando con la cabeza en el suelo.



Créanme, no es ficción, por eso con frecuencia pienso que es increíble que algunos niños logren crecer y sobrevivir a pesar de sus padres.


"¿Sabe señora Buckman? Se necesita licencia para comprar un perro, para conducir o para pescar, pero permiten que cualquier idiota sea padre"



Nota. Si desean ilustrar un poco más éste tema les recomiendo que vean las siguientes  películas: 
  • "Parenthood" protagonizada por Steve Martin. 
  • "Nosotros los Nobles" con Gonzalo Vega

 
 
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