jueves, 21 de junio de 2012

Vacaciones de verano


Cuando estamos de vacaciones nos sentimos a gusto: estar lejos del jefe y la oficina, no tener que soportar el tráfico en las calles y andamos sin prisa de cumplir los horarios de nuestras rutinas diarias; en pocas palabras, pasamos unos días lejos de las tensiones.
Pero. ¿han considerado que también los niños viven el estrés durante todo el ciclo escolar? Pues así es, y mientras más pequeños la tensión en su cuerpo es mayor: agitación, dolor de cabeza, dificultad para conciliar el sueño, etc. Cuando crecen, la tensión aumente se vuelven más irritables, pueden tener pesadillas o dificultad para aprender, entre otras cosas. 

Las tensiones, aunque controlables y manejables, son inevitables; si en los adultos provocan cambios de humor, insomnio, dolor de espalda o cabeza y hasta sentimientos depresivos ¿se imaginan lo que puede experimentar un niño?
He aquí el panorama diario: 
Por las mañanas se levantan presionados porque papá y mamá deben salir a buena hora. Los niños no eligen a sus compañeros ni a sus profesores, así que deben adaptarse a esta situación con rapidez. Algunos niños llegan a casa a comer, otros lo hacen en la escuela o guardería. y ¿después de clase?: las tareas, mamá apurada en preparar la comida, riñas entre hermanos; a veces comen con rapidez porque hay que llegar a tiempo a la clase de karate, natación, piano, ballet, etc. Y al regresar a casa, un baño, la merienda y a la cama, y es esa hora justamente en la que los padres se debaten entre el deber (contar el cuento antes de dormir) y el placer (ver su programa favorito o el partido de fútbol). 


Por supuesto que en medio de esta rutina hay lindos momentos de risas, complicidad y confidencias; pero también hay estrés, penas, celos, riñas, etc., y la dificultad que tienen los niños para expresar con palabras lo que sienten y para comprender lo que sucede.

A los adultos nos resulta pesado, a menudo, las horas de esfuerzo y trabajo en nuestra rutina diaria, pero no es necesario hacer sacrificios para ganarse la vida, así que ¿por qué no hacerlo divirtiéndonos como los niños?, para ellos, el juego es el medio a través del cual aprenden muchas cosas: reglas estrategias, trabajo en equipo, convivencia. Como padres, siempre desean lo mejor para sus hijos, pero esto no debe ser arduo , apremiante y muy estricto.
Así que no es necesario preguntarles a los pequeños porqué desean tanto que lleguen las vacaciones; quieren jugar, disfrutar de sus amigos, de sus padres, de sus juegos y juguetes; salir de la rutina diaria y la disciplina de la escuela.

Las exigencias de nuestra sociedad actual han hecho que cada vez más padres se sientan preocupados por dar a sus hijos proyectos estructurados en el verano, de ahí que busquen campamentos y cursos de verano para ellos, y no está mal, pero lo mejor sería no imponer obligaciones a los niños en este sentido. lo que a ellos los hace felices es dejarlos libres para actuar, por supuesto que con cierta medida. Acepten que sus elecciones no deben ser las mismas que las de ustedes, acepten que vivan sus vacaciones a su manera, que jueguen, rían, se diviertan, que gocen su infancia.
Al final del verano, cuando se sientan recuperados y llenos de energía, buenos momentos y recuerdos, iniciaran el nuevo ciclo escolar con el gusto de tener aun placer, el placer de aprender, de conocer a otros niños y a otros adultos.
Disfruten todos y cada uno de esos bellos momentos juntos, libres y relajados; aprovéchenlos y recuerden que lo esencial en la vida es ese placer de estar bien junto a aquellos que nos aman y amamos tanto.


martes, 19 de junio de 2012

Homosexualidad: ¿por qué inquieta tanto?


La aprobación legal del matrimonio en parejas del mismo sexo y el derecho de éstos a la adopción, es algo que sigue inquietando a una sociedad como la nuestra, acostumbrada a un solo modelo de convivencia en pareja.
El origen de esta reacción es simple: el miedo a lo desconocido. El rechazo a lo ajeno es algo natural en una sociedad tradicional y machista como la nuestra que considera que la única sexualidad permitida, buena y saludable es la heterosexual.

Observar muestras de afecto entre una pareja gay es algo que sigue intimidando, ya que rompe con lo que se nos ha inculcado durante siglos como patrones, conductas y creencias, así como, la actitud que asumieron nuestros padres ante ésta orientación.

El repudio a lo diferente existe por la resistencia lógica que se tiene a lo nuevo, a lo diferente y el hecho de que nos mueva tanto puede esconder cierta inseguridad acerca de nuestra propia inclinación sexual. En nuestra esquema tradicional, la gente se sigue preguntando ¿por qué alguien es homosexual?, pero nadie se cuestiona ¿por qué alguien es heterosexual?


Para aceptar (y respetar) las diferencias, es necesario ser sinceros con nosotros mismos y preguntarnos ¿que tipo de emociones realmente se despiertan en nuestro interior al observar a dos personas del mismo sexo mientras muestran su afecto en público?

Tal vez dar solución a nuestras inquietudes internas será la pauta para poder asimilar las formas de convivencia "diferentes" a las nuestras.

viernes, 15 de junio de 2012

El niño y la confianza en sí mismo.

Para transmitirle al niño la confianza en él mismo, es primordial que sus padres tengan, a su vez, confianza en ellos mismos. Para que desarrolle su confianza, el niño debe crecer en un marco de afectividad y seguridad además de que los padres deben tener una actitud positiva y enfatizar con frecuencia los puntos fuertes del niño, tratando de no señalar los puntos débiles, ya que la confianza y la imagen de uno mismo están estrechamente vinculadas. A lo largo de sus primeros años, los niños ven en los otros una fuente de confort y placer que le da seguridad: al llorar para expresar incomodidad, frío, hambre, etc., sus necesidades son cubiertas casi de inmediato. La atención y el amor de sus padres da esperanza al niño.
Con la llegada de la etapa del "yo solito", entre los dos y cuatro años de edad, el niño desea poner en practica sus capacidades físicas y mentales. Pero entonces se da cuenta de que no puede con todo y que intentar hacer algunas cosas nuevas puede ser peligroso, aprendiendo,así, una desconfianza relativa: el control.
Posteriormente, al convivir con sus pares, se enfrenta a las exigencias de los otros, a voluntades distintas, por lo que debe ajustar su confianza.

Sin embargo, es posible que a pesar de ser amado y estimulado, al iniciar la etapa escolar, el niño exprese con frecuencia un "no puedo" cuando se enfrenta a retos nuevos, que se sienta triste o frustrado e incluso permita que los otros chicos decidan por él los juegos o actividades que harán entre amigos, cosa que a muchos padres les preocupa. En este caso se sugiere lo siguiente:

  • Tengan confianza en sus capacidades y háganselo sentir así. 
  • Valoren la imagen física, mental y social que tiene de él mismo: háganlo hablar de la escuela, sus amigos, sus juegos. Escúchenlo realmente y muestren interés por él. 
  • Llévenlo a realizar una actividad en la que destaque y háganselo notar, felicítenlo por sus logros. 
  • Proporciónenle y sugieran nuevas herramientas para superar su dificultades: deportes diferentes, apoyo extraescolar, juegos nuevos, estrategias de estudio diferentes, etc. 
  • Hagan que él sienta que lo aman y acéptenlo con sus cualidades y sus limitaciones. 
  • Sean tolerantes y pacientes con él, fíjense más sus habilidades que en sus puntos "flacos". 

Factores que afectan la confianza en sí mismo.

  • El sarcasmo y el humor ácido. 
  • Los apodos negativos, vengan de quien vengan.
  • La sobreprotección: hacer las cosas por el niño, cuando él pueda hacerlas por sí mismo. Las exigencias y expectativas demasiado grandes. 
  • Las comparaciones: "yo a tu edad ya lo sabía hacer", "tu hermano sí puede", etc. 
  • El desinterés o la excesiva permisividad: "haz lo que quieras".
  • Dar énfasis a los errores y equivocaciones o, peor aun, castigarlos severamente por ellos. 

Factores que favorecen la confianza en sí mismo.

  • Las felicitaciones y los estímulos: "¡Bravo! Lo hiciste muy bien!" 
  • Favorecer que tengan iniciativa y que enfrenten experiencias nuevas. 
  • Estimular su creatividad. 
  • El humor y la risa, especialmente si se trata de restarle dramatismo a los pequeños accidentes o fracasos. 

Es importante tener en cuenta que la autoestima se basa en diferentes factores:

Físicos: La imagen de uno mismo. 
Psicológicos: El amor y la aceptación de los demás. 
Sociales: Tolerancia a las diferencias y las reacciones de los demás. 

martes, 12 de junio de 2012

Cuentos para pensar

Esta vez les traigo dos cuentos cortitos para reflexionar de Jorge Bucay. Aunque no son precisamente para niños, tal vez deseen compartirlos con los mayorcitos.

Las ranitas en la nata.

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata. Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; sólo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse. Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar. Una de ellas dijo en voz alta: "No puedo más es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo porque prolongar este sufrimiento. no entiendo que sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril". Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco. La otra rana, más persistente, o quizá más tozuda, se dijo: "¡No hay manera!  Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora":
Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un solo centímetro, durante horas y horas. Y, de pronto, de tanto patalear, la nata se convirtió en mantequilla. Sorprendida, la rana dio un salto y,.  patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo volver a casa, croando alegremente.



Las alas de la vida.

Cuando se hizo mayor, su padre le dijo: "Hijo mío: no todos nacemos con alas. Pero, aunque no tienes obligación de volar, sería una pena que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado".
- Pero yo no sé volar- contesto el hijo.
- Es verdad- dijo el padre. Y lo llevó hasta el borde del abismo de la montaña.
- ¿Ves, hijo? Éste es el vacío. Cuando quieras volar, vienes aquí, saltas al abismo y, extendiendo las alas, volarás.
- ¿Y si me caigo?- el hijo dudó.
- Aunque caigas, no morirás. Sólo te harás algunos rasguños que te harán más fuerte para el siguiente intento- contesto el padre.
El hijo fue a ver a sus amigos, con los que había caminado toda su vida. Los estrechos de mente la dijeron: "Tu padre está medio loco. ¿Para que necesitas volar? ¿Por que no te dejas de tonterías?". Los mejores amigos le aconsejaron: "¿Y si fuera cierto? ¿No será peligroso? ¿Por que no empiezas despacio?  Prueba a tirarte desde una escalera o desde la copa de un árbol. Pero... ¿desde la cima?".
El joven escuchó su consejo. Subió a la copa de un árbol y, llenándose de coraje, saltó. Desplegó las alas, las agitó con todas sus fuerzas, pero se precipitó a tierra. Con un gran chichón en la frente, se cruzó con su padre.
- ¡Me mentiste! No puedo volar. Lo he probado y ¡mira el golpe que me he dado! No soy como tú. Mis alas solo son de adorno.
- Hijo mío- dijo el padre-, para volar, hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen. Es como tirarse en paracaídas: necesitas cierta altura antes de saltar. Para volar hay que empezar corriendo riesgos. Si no quieres, lo mejor quizá sea resignarse y seguir caminado para siempre.





De  Déjame que te cuente, de Jorge Bucay.

viernes, 8 de junio de 2012

Como dar seguridad (ante la inseguridad de nuestro país).



La situación de nuestro México lindo y querido en materia de inseguridad, es realmente preocupante. Hoy enfrentamos, cada vez más, amenazas y hechos reales más allá de las advertencias de nuestras abuelas que nos alertaban acerca del "señor del costal" o del "robachicos" que merodeaba las calles. A los padres  les preocupa, ante todo, los niños, ya que son blanco vulnerable y directo de la delincuencia.
Esta falta de tranquilidad nos provoca inestabilidad emocional que transmitimos a los niños, pues nuestro comportamiento inevitablemente repercute en el suyo.
Ante esta lamentable situación, la mejor herramienta de aprendizaje que se les puede dar  a los niños es una visión serena y objetiva; ya que no podemos cambiar la realidad, tengamos en cuenta que somos como espejos para ellos, es decir, ellos hacen y dicen lo que nosotros. El sentido de la seguridad depende de la forma en que nosotros reaccionemos ante las noticias: fingir que nada pasa o encerrarnos en casa a piedra y lodo nada ayuda en la confianza de los niños.

"En lugar de llenarlos de miedo debemos hablarles con sinceridad, no solo para transmitirles algunas medidas de prevención, sino también porque la verdad los hace sentir seguros y los ayudará a construir su fuerza interior" (Dra. Chávez, tanatóloga). Tampoco se trata de repetirles a cada momento los peligros del mundo, pues esto solo les generará un temor irracional e inseguridad. Por ejemplo, en lugar de decir "¡no vayas porque es peligroso!" decirles algo como: "es mejor que juegues donde yo pueda verte, por lo que se te pueda ofrecer".

Como padres deben trabajar con sus hijos desde pequeños en el ámbito de la prevención, pero siempre en un marco de confianza y de acuerdo a la edad de cada niño:
Entre los dos y los cinco años, los niños empiezan a tomar decisiones propias; para alertarlos sin infundir miedo, eviten hablarles de monstruos, gente mala o de situaciones muy extremas, ya que a esta edad las explicaciones muy detalladas son innecesarias.
De los seis a los diez años ya quieren explorar por su cuenta y llegar cada vez más lejos, de ser posible, pueden acompañarlos a jugar o aconsejar que lo hagan en grupo. Se les debe advertir de ciertas situaciones en las que algunas personas pueden hacer daños a otras; es importante que sepan que deben alejarse del lugar si ven algo sospechosos como una persona extraña o un automóvil estacionado largo tiempo con alguien que permanezca en él.  


De los 11 años en adelante los medios de comunicación y sus amigos juegan un papel fundamental en la información. Aconséjeles, por ejemplo, de no usar el teléfono celular en la calle; si el chico ya asiste a fiestas y reuniones, que no se vayan solos y que los informen del lugar al que van: dirección, teléfono, nombre de los padres del anfitrión, etc., también insista en ir a recogerlos y, de ser posible, que "pasen lista" cada cierto tiempo. 
Es importante fomentar una relación abierta con sus hijos, especialmente con los adolescentes, ya que si se sienten muy restringidos es muy probable que comiencen a mentirles acerca de los sitios y de las amistades que frecuentan.

jueves, 7 de junio de 2012

Fomentando el habito de la lectura.






La lectura  es  aprendizaje y, además, es una herramienta para aprendizajes futuros. Los libros educan, enseñan, y hacen que los niños se internen en nuevos mundos, descubran lo desconocido (y lo conocido), fomentan la imaginación y la creatividad; los libros divierten y además despiertan sentimientos y reacciones.
Pero la lectura debe ser estimulada en los niños desde muy temprana edad y para eso, debemos alfabetizar su ambiente, es decir, no basta con tener en casa un lindo librero lleno de ejemplares de todo tipo perfectamente encuadernados, sino que también los niños deben observar que los libros son leídos y consultados por sus padres, pues recuerden que ellos aprenden por imitación en sus primeros años.
Permitan que sus hijos tengan a la mano libros infantiles que puedan manipular, leer o mirar, explíquenles, también, su uso correcto y  como cuidarlos, enséñenles con paciencia y dedicación como los podemos guardar para que no se rompan y como pasar las hojas.
El darnos un tiempo para compartir con ellos la lectura también es fundamental para fomentar este habito, más aun si hacemos muy divertido este momento; además,  leerle un cuento a diario enriquecerá su vocabulario, y abrirá su imaginación a nuevos e increíbles mundos.



Si su hijo es muy pequeño, puede facilitarles  libros  de tela o plástico, con imágenes sencillas y colores vistosos, esto les ayudará a aprender a hablar y descubrir el mundo que los rodea, recuerden que nunca es demasiado temprano para comenzar a leerles a los niños. Para los que empiezan a leer, son recomendables libros de cuentos con textos cortos y letras de buen tamaño; posteriormente,  conforme desarrollen su fluidez y comprensión lectora, escoger títulos con historias más amplias. La editorial Fondo de Cultura Económica ofrece a la venta la colección "A la orilla del viento" con historias amenas y de fácil lectura para los niños, desde los que empiezan a leer  hasta los que ya leen bien, algunos títulos de ésta colección son: Las golosinas secretas, El enmascarado de lata, Familias familiares, El cocodrilo de la bañera, Un domingo con los dinosaurios, y muchos más.
Lean junto con sus hijos, sobre todo si ellos apenas empiezan a aprender la lectoescritura: lean por turnos una pagina cada uno, pídale que describa las ilustraciones y que trate de "predecir" , con base a estas, lo que va a pasar en la historia, hagan juntos un dibujo de lo que más le gusto al niño del cuento, etc.
A continuación, algunas sugerencias más de como fomentar en los niños el habito y el gusto de leer:

     Predique con el ejemplo: como ya mencionamos,  los niños aprenden imitando a sus padres y otros adultos, por tanto, si ven que ellos leen con frecuencia, es más que probable que repitan su comportamiento.
     Familiarizarles con los textos: antes de que empiecen a leer, se pueden propiciar ocasiones de contacto con los textos escritos para que entiendan que estos comunican y sirven para transmitir información. Se les puede dejar pequeñas notas y leérselas después o leerles las instrucciones de un juego o juguete.
     Leer un poco cada día: se debe empezar desde temprana edad y hacer que el momento de lectura sea atractivo e intimo para que el niño lo asocie siempre con una actividad placentera. Es recomendable usar distintos recursos para atraer la atención de los pequeños como realizar las caracterizaciones adecuadas de los personajes para que la lectura les resulte más dinámica.
     Juegos para apreciar los libros: los juegos pueden ayudar a despertar el interés por los libros y la lectura. Gretel García y Eduardo Torrijos, en su obra 'Juegos para fomentar la lectura infantil', proponen algunas actividades lúdicas interesantes, como jugar a identificar las distintas partes de un libro (portada, contraportada, índice o prólogo) o fabricar un divertido marcapáginas para señalar sus lecturas.
     Su primera biblioteca: favorecer que  el niño a tenga sus primeras colecciones de libros, de hecho sería bueno incluir estos entre los regalos que les otorgan en las ocasiones especiales e, incluso, recuperar libros suyos de cuando eran pequeños, si esto es posible. Es importante que les proporcionen también un sitio concreto para que los coloquen de forma ordenada y puedan acceder a ellos con facilidad.
     Enseñarle a elegir: cada niño tiene gustos diferentes. Por eso, para fomentar su interés por la lectura, ha de encontrar las que más se ajusten a sus intereses. Una buena ocasión puede ser llevarlo de visita a la librería y permitirle que revise la amplia variedad de títulos. Las grandes cadenas de librerías ya cuentan con una sección especialmente acondicionada para los pequeños lectores.


       Dosificar el tiempo de otras actividades: la televisión o los videojuegos son hoy en día dos de los principales enemigos de la lectura. La atracción que ejercen estas actividades lúdicas sobre los niños provoca que otras menos "visuales", como la lectura, les parezcan aburridas y poco atractivas. Es recomendable que los padres limiten el tiempo de dedicación a la televisión o los videojuegos para darles más oportunidades a los libros como complemento de ocio.

 
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